Dormí pero me levanté vomitando. Eso generó que faltara y me llevaran a la guardia médica del Basterrica.
Una hora de espera.
El médico, mediante los síntomas, me mandó inmediatamente a un análisis de orina, uno de sangre y una ecografía de mi hígado.
Terminados los análisis sufridos, y sus dos horas de espera ante los resultados, volví con ese médico para que me de el susto de mi vida: Entendí tener leucemia, y después entendí tener un tumor en el hígado.
Dios quiera que eso sea mentira, pensaba yo.
Volví a mi casa, sabiendo que debía ir al día siguiente por otro análisis para resolver si tenía Hepatitis o no, y comprar un medicamento.
Medicamento caro, de 85 pesos.
Más tarde mi mamá habló con la mamá de mi cuñado, quien es médica, y ella le recomendó ir al Anchorena, para buscar una internación y que me hagan los análisis más velozmente.
Me puse pálida ante la idea de que me internen.
Mamá me buscó y fuimos en taxi. Juro que ahí rezé pidiendo que sea leve.
La mujer que me atendió después de una hora y media de espera, me tranquilizó totalmente y me aclaró que debía realizar un par de análisis más, que mis indicios eran altos pero estaban bien, y que no me pasaba nada grave. Me dijo que para medicarme necesitaba el resultado de uno de ellos (Que me dan el Sábado), y que no debía tomar la medicación hasta ver los resultados.
Así estoy ahora, más tranquila, agradeciendo a los santos, agradeciendo al mundo de que realmente haya sido más leve de lo que mi mamá y yo creíamos.
Gracias a mis amigos por el apoyo que me dieron.
Gracias a mi familia por estar ahí y cuidarme.
Gracias a mami por acompañarme todo el día.
Gracias cuerpo por animarte a ser valiente.
Goodnight.
I'm off.
